“En estos momentos, nuestro mayor desafío es hablar con los propietarios de las corporaciones que realmente no están haciendo lo suficiente o que no están haciendo nada para que sucedan cambios”, dice. “Estamos esperando que sean los Gobiernos los que vayan a hablar con los miembros de estas corporaciones, pero si usted me pregunta, creo que eso nunca va a ocurrir porque estos miembros de las corporaciones han entregado a los Gobiernos demasiado dinero para muchas cosas diferentes”.
Thompson cree que las iglesias tienen que estar preparadas para hablar con el mundo corporativo. “Debemos estar preparados para intensificar los esfuerzos”, afirma. “Y las organizaciones religiosas todavía tenemos credibilidad y la confianza de las personas”.
Según describe, el objetivo de la comisión es ofrecer información y acompañar a la iglesia para crear conciencia y adoptar medidas concretas. “Pero la comisión está compuesta también por grupos de trabajo y, dentro de los grupos de trabajo, tenemos la oportunidad de establecer alianzas deliberadas con organizaciones no gubernamentales o con otras organizaciones como la nuestra que están haciendo lo mismo, quizá en la sociedad civil”.
Thompson anticipa una cooperación transversal e interdisciplinaria con diferentes grupos.
“Ahora bien, ¿por qué creo que es clave?”, pregunta. “Porque muchas personas piensan: ¿por qué están las organizaciones religiosas involucradas en todo esto?”.
Se trata de garantizar que la realidad del Reino de Dios llega a las personas hoy, describe Thompson.
“Esta es la creación de Dios”, dice. “A Dios le interesa asegurarse de que tenemos vida y de que la tenemos en abundancia”.
Thompson cree que la Comisión sobre Justicia Climática y Desarrollo Sostenible del CMI tiene una magnífica oportunidad para tender puentes donde se han levantado muros.
“Creo que nuestros jóvenes entienden lo que es enfrentarse al desafío del cambio climático, y entienden el significado de la justicia”, dice. “Creo que los jóvenes ya están empoderados”.
Pero también cree que los jóvenes a escala local necesitan más capacitación y orientación. “Opino que, como organizaciones religiosas, tenemos la responsabilidad de caminar al lado de los jóvenes y no empoderarlos, pero sí ayudarlos y caminar junto a ellos”, dice. “Seamos nosotros los que mostremos que hay voluntad, que hay compromiso; y ayudemos a otros a comprometerse también”.
Galería fotográfica: Reunión conjunta de tres comisiones del CMI, marzo de 2024