La situación se ha deteriorado significativamente tras el ataque en los Altos del Golán, el posterior ataque israelí en Beirut y el asesinato en Teherán, el 30 de julio. Además de intensificar el conflicto, estos ataques también han violado la soberanía de múltiples naciones.
El CMI cree firmemente que el único camino hacia la paz duradera y la justicia en la región pasa por el diálogo político y la negociación. El actual ciclo de violencia solo sirve para agravar la amenaza y el sufrimiento de las personas afectadas. Pedimos el cese inmediato de toda acción militar e instamos a todas las partes a entablar un diálogo significativo con el propósito de restablecer la paz y la estabilidad.
La región de Oriente Próximo necesita urgentemente la paz. La población, y especialmente sus sectores más vulnerables, merece vivir con dignidad y seguridad. Los jóvenes de la región, que representan el futuro, necesitan esperanza y oportunidades para desarrollar todo su potencial en un entorno estable, seguro y próspero.
A la luz de los recientes acontecimientos, el CMI insta a todas las partes implicadas a tomar las siguientes medidas:
- Cesar todos los ataques: detener inmediatamente todas las formas de agresión armada y las operaciones militares.
- Respetar la vida humana: dar prioridad a la protección de la población civil y velar por que todas las acciones respeten el derecho internacional humanitario, y abstenerse de llevar a cabo acciones susceptibles de causar la muerte o generar sufrimiento a personas inocentes, especialmente niños y niñas, mujeres y personas vulnerables.
- Adherirse al derecho internacional: respetar el derecho internacional y los convenios internacionales para impedir nuevas violaciones de la soberanía y de los derechos humanos, y garantizar la rendición de cuentas por toda violación de dichas normas y compromisos.
- Participar en el diálogo: comprometerse con el diálogo político y las negociaciones como principales vías para la resolución de conflictos y la reparación de agravios.
Hacemos un llamado a la comunidad internacional para que apoye los esfuerzos en favor de la paz y la justicia en la región. Es imperativo que todas las partes interesadas trabajen juntas para fomentar un entorno donde se protejan la dignidad humana, los derechos y la justicia.
El CMI mantiene su compromiso con la defensa de la paz y la reconciliación, y está dispuesto a apoyar cualquier iniciativa que contribuya a esos objetivos.
Oramos por el cese de todas las hostilidades y de la violencia en la región, y por que los dirigentes políticos y demás agentes dialoguen y trabajen juntos por el bien de todas las personas afectadas.
Rev. Prof. Dr. Jerry Pillay
Secretario General
Consejo Mundial de Iglesias