La 10a Asamblea del CMI, celebrada en Busan (República de Corea) en 2013, adoptó el documento Juntos por la Vida: Misión y evangelización en contextos cambiantes, elaborado por la Comisión de Misión Mundial y Evangelización (CMME). El documento identificó y afirmó la misión desde los márgenes como una de las cuatro formas en que el Espíritu Santo obra en el marco de la misión del Dios Trino y Uno. En el documento, se declara que “las personas marginadas son agentes de misión y ejercen una función profética que pone de relieve que la plenitud de vida es para toda persona” y que “las personas marginadas, oprimidas y que sufren tienen el don especial de distinguir entre lo que para ellos son buenas nuevas y lo que es malo para sus vidas vulnerables” (Juntos por la vida, párr. 107).
En cuanto expresión deliberada que encarna esta declaración, el CMI identificó la Misión desde los Márgenes como un área programática central de la CMME, cuya labor específica es facilitar la reflexión teológica sobre la misión desde los márgenes. Se trata de una actividad teológica que empieza en y desde los márgenes con los pueblos indígenas, las personas con discapacidades y quienes han sido discriminados y excluidos por motivos de género, raza, etnia, discapacidad, clase, casta, orientación sexual, religión o edad.
La misión desde los márgenes significa afirmar la capacidad de los marginados, participar en sus luchas y compartir sus esperanzas, superar las tendencias excluyentes, y resistir y confrontar las fuerzas de marginación y exclusión en nuestros contextos específicos. Por consiguiente, el programa Misión desde los Márgenes facilita la reflexión y el análisis teológicos en común, la sensibilización, la acción y la comunicación en y desde los márgenes con la esperanza de alentar y transformar las iglesias y las sociedades para que sean más justas, receptivas e incluyentes.