Profundamente preocupado por la situación de los migrantes en muchas regiones y, en particular, por la de aquellos “obligados a emprender viajes desesperados llenos de riesgos y peligros”, el Comité Ejecutivo del CMI declaró que “todos los miembros de la comunidad internacional tienen el deber moral y legal de salvar las vidas de aquellos que están en peligro, sea en el mar o durante su tránsito, independientemente de su origen o condición”.