En una audiencia anual durante la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos, el obispo Bo-Göran Åstrand de la Iglesia Luterana Evangélica de Finlandia regaló un par de guantes al papa Francisco que describió como “un modesto obsequio para mantener calientes las manos del papa en un mundo, por lo demás, frío”.