Oración de apertura

Oh Señor, nuestro Dios,

que con tu sola palabra sanaste todas las enfermedades,

que sanaste a la parienta de Pedro,

tú castigas con piedad y sanas conforme a tu bondad;

tú eres capaz de curar toda enfermedad y toda dolencia,

tú eres el mismo Señor,

socorre a tus siervos

y cúralos de toda enfermedad que los aflija;

levántalos de su lecho de dolor,

haz descender sobre ellos tu gran misericordia,

y si es tu voluntad,

concédeles la salud y una completa recuperación;

Tú eres el médico de nuestras almas y de nuestros cuerpos,

y a ti te damos gloria;

al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo,

ahora y eternamente, por los siglos de los siglos. Amén. 

(Pilgrim Prayer [en inglés], 271)

Oración de confesión 

“Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?” (Hechos 9:4)

Afirmamos que formamos parte de un solo cuerpo.

Sin embargo, somos insensibles al dolor que sufre una parte de nosotros...

¿Por qué te perseguimos?

¿Por qué los miembros de la Iglesia, que es tu cuerpo, te rechazan y aborrecen?

“…con el corazón obran

iniquidad en la tierra

y a la violencia abren camino con sus manos.” (Salmos 58:2)

Oh Señor, sabemos quiénes son los hermanos y hermanas vulnerables.

Pero aun así cerramos los ojos.

Sabemos lo que es bueno y lo que hay que hacer para evitar que la enfermedad se propague.

Sin embargo, nos quedamos inertes o actuamos con lentitud.

“Porque donde esté tu tesoro, allí también estará tu corazón.” (Mateo 6:21)

Oh Señor, tenemos todos los recursos que necesitamos,

pero olvidamos para qué nos sirven.

Dinero que se queda en el banco.

Medicinas que se quedan en el estante.

Alimentos que se quedan fuera de nuestro alcance.

Iniciativas que son papel mojado...

Oh Señor, ¿por qué permites que esto ocurra?

¿Por qué sigues tolerando que nos llamemos hijos tuyos

y, sin embargo, no nos preocupamos lo suficiente como para amarte y amarnos los unos a los otros?

Perdónanos, Señor, por nuestra indolencia ante el sufrimiento que acontece ahora mismo.

Perdónanos, Señor, por nuestra complicidad en la opresión y el pecado.

Danos la fortaleza de tu gracia para transformarnos a nosotros mismos

y a las personas y la sociedad que nos rodea.

Oh Señor del universo,

Señor de la pequeña gota de rocío,

no te entendemos plenamente.

Ayúdanos a discernirte en el trueno y en el susurro.

Ayúdanos a verte en tus ángeles, tus profetas y tus sanadores heridos.

Dios, ayúdanos a ser buenos estrategas a la hora de discernir las cuestiones que afectan a la salud mundial.

Ayúdanos a ser la sal, la levadura, los embajadores y los profetas,

a " predicar con el ejemplo".

Pero ayúdanos también a ser humildes y a darnos cuenta

que muchas veces no somos los profetas

sino los huesos secos que esperan el aliento del Espíritu.

Ayúdanos Señor a ser siervos que escuchan y aprenden,

a hacer justicia, amar misericordia y a caminar humildemente contigo. (Miqueas 6:8) 

(Pilgrim Prayer, Health & Wellness [en inglés], 269-270)

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Salmo responsorial (basado en Salmos 147: 1,3, 5, 6, 8, 9, 10 y 11)

¡Alabado sea el Señor!

Ciertamente es bueno cantar salmos a nuestro Dios;

Dios es misericordioso y bella es la alabanza.

Grande es el Señor nuestro, y de mucho poder;

Su entendimiento es infinito.

Dios sana a los quebrantados de corazón

 y venda sus heridas.

El Señor ayuda a los humildes;

pero a los impíos humilla hasta el suelo.

Dios es el que cubre los cielos de nubes,

el que prepara la lluvia para la tierra,

el que hace que las colinas produzcan hierba.

Dios sana a los quebrantados de corazón

 y venda sus heridas.

Dios no se deleita en la fuerza del caballo,

ni se complace en los músculos del hombre;

sino que se complace en los que le temen

y en los que esperan en su misericordia.

Dios sana a los quebrantados de corazón

 y venda sus heridas.

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo;

Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Lectura de las Escrituras: Juan 20: 19 - 31

19 Al anochecer de aquel día, el primero de la semana, y estando las puertas cerradas en el lugar donde los discípulos se reunían por miedo a los judíos, Jesús entró, se puso en medio de ellos y les dijo: “¡Paz a ustedes!”. 20 Habiendo dicho esto, les mostró las manos y el costado. Los discípulos se regocijaron cuando vieron al Señor. 21 Entonces Jesús les dijo otra vez: “¡Paz a ustedes! Como me ha enviado el Padre, así también yo los envío a ustedes”. 22 Habiendo dicho esto, sopló y les dijo: “Reciban el Espíritu Santo. 23 A los que remitan los pecados, les han sido remitidos; y a quienes se los retengan, les han sido retenidos”.

24 Pero Tomás, llamado Dídimo, uno de los doce, no estaba con ellos cuando vino Jesús. 25 Entonces los otros discípulos le decían: —¡Hemos visto al Señor! Pero él les dijo: —Si yo no veo en sus manos la marca de los clavos, y si no meto mi dedo en la marca de los clavos y si no meto mi mano en su costado, no creeré jamás.

26 Ocho días después, sus discípulos estaban adentro otra vez y Tomás estaba con ellos. Y aunque las puertas estaban cerradas, Jesús entró, se puso en medio y dijo: —¡Paz a ustedes! 27 Luego dijo a Tomás: —Pon tu dedo aquí y mira mis manos, pon acá tu mano y métela en mi costado, y no seas incrédulo sino creyente. 28 Entonces Tomás respondió y le dijo: —¡Señor mío y Dios mío!29 Jesús le dijo: —¿Porque me has visto, has creído?[a]. ¡Bienaventurados los que no ven y creen!

30 Por cierto, Jesús hizo muchas otras señales en presencia de sus discípulos las cuales no están escritas en este libro. 31 Pero estas cosas han sido escritas para que ustedes crean que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo tengan vida en su nombre.

La Palabra del Señor

Demos gracias a Dios.

Reflexión de un líder

Preguntas para la reflexión personal.

Jesús, el sanador herido, nos llama a ser un canal de shalom, perdón y sanación en este mundo. 

¿Qué significa esto en nuestras vidas y comunidades?

¿Acaso nuestras acciones como seguidores de Cristo promueven la plenitud de la vida y fomentan el acceso y los derechos a la salud entre los más vulnerables y les proporcionan un entorno propicio para vivir una vida digna?

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Oraciones de intercesión 

Oh Señor, afrontamos una gran inequidad e injusticia, ya que más de la mitad de la población mundial (aproximadamente 4 500 millones de personas) sigue estando desatendida, sin cobertura completa de servicios sanitarios esenciales. Te oramos para que, como congregaciones y comunidades, promovamos sistemáticamente la salud y la sanación. Danos la gracia, la valentía y la resiliencia para esforzarnos por hacer que el mundo sea un lugar seguro y por servir a los vulnerables, insistiendo en el carácter sagrado de la existencia humana y en nuestra obligación de velar por el bienestar de cada persona como expresión del amor filantrópico de Dios. 

Señor, en tu misericordia, 

Escucha nuestras oraciones.

Con quienes están atrapados en la pobreza, el analfabetismo, el desempleo y la violencia y sienten cada día que se les escapa su dignidad; con quienes están expuestos a conflictos, explotación, relaciones y condiciones de trabajo abusivas, clamamos y te oramos. Se nos recordó que nada —ni la muerte, ni la vida, ni lo presente, ni lo porvenir— ni todos los desafíos existenciales a los que nos enfrentamos nos podrá separar del amor de Dios (Basado en Romanos 8: 32-39). Ayúdanos a identificar y nombrar las barreras que impiden a las personas sentir el amor de Dios y tener una vida abundante y sana. Ayúdanos a incidir y trabajar para eliminar esas barreras, de modo que todas las personas puedan vivir dignamente. 

Señor, en tu misericordia, 

Escucha nuestras oraciones.

Oramos para que nuestro mundo, toda tu creación, se renueve y se transforme. Permanece junto a tus hijos. Oramos hoy especialmente por las Iglesias y los pueblos de Rumanía, Hungría y Bulgaria. Señor, en tu misericordia, 

Escucha nuestras oraciones.

Oración de agradecimiento y compromiso

Por todos los progresos,

Te damos gracias, Dios de la vida.

Por todos los hombres y mujeres científicos e investigadores, organizaciones, movimientos y empresas que contribuyen al bienestar de las personas en sus dimensiones física, emocional, social y espiritual y luchan contra todas las barreras que impiden acceder a él,

Nos alegramos, Dios misericordioso, de que nos hayas liberado del miedo.

Por los hombres y mujeres médicos, enfermeros y trabajadores sanitarios que prestan asistencia,

por los que formulan y aplican políticas que intentan llevar los recursos allá donde más se necesitan, por los líderes comunitarios que predican con el ejemplo desafiando la desigualdad y la injusticia,

por los maestros y las maestras con corazones y mentes abiertos que permiten la exploración honesta y al mismo tiempo nos dirigen hacia la sabiduría y el conocimiento que protege y valora,

Celebramos, Dios de amor, a los que hacen el bien.

Dios de los olvidados, Dios de los desamparados,

anímanos a alzar nuestras voces para que nadie quede excluido. Enséñanos a vivir con sencillez para que otros puedan vivir con sencillez siguiendo el ejemplo de tu amado, Jesucristo.

Enséñanos a esforzarnos y hacer que nuestros recursos den vida a los demás,

para que tu amor sea real para los que se sienten abandonados y olvidados,

y nadie se quede con las migajas, sino que todos sean sanados, y puedan vivir una vida plena y satisfactoria.

 (Adaptación de las oraciones escritas por Terry MacArthur)

Padrenuestro (cada uno en nuestro idioma)

Bendición

Que las bendiciones de Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo 

—en el misterio de la Santísima Trinidad—

nos hagan íntegros e íntegras en todos los sentidos, ahora y por los siglos de los siglos. Amén.