La 11ª Asamblea del Consejo Mundial de Iglesias (CMI), reunida en Karlsruhe (Alemania), expresa una vez más la profunda preocupación de la comunidad ecuménica internacional por la situación en Tanah Papua, las provincias papúes de Indonesia. El pueblo indígena papú —que, en su gran mayoría, es de religión cristiana— sigue sufriendo graves y sistemáticas violaciones de su seguridad física y de sus derechos humanos, como detenciones arbitrarias, torturas y ejecuciones extrajudiciales, así como violencia sexual y de género. Por otra parte, a los periodistas independientes, a las organizaciones humanitarias internacionales y a los observadores de los derechos humanos se les permite un acceso restringido o nulo al territorio.
Además, las consecuencias de la deforestación y la degradación del medio ambiente están amenazando los medios de subsistencia y la cultura tradicionales de Papúa”. Entretanto, tanto los intereses corporativos indonesios como los internacionales explotan los recursos del territorio —incluidos el oro, el cobre, el níquel, el uranio, el gas, el petróleo y el carbón, así como los recursos forestales, marinos y culturales— sin que el pueblo papú reciba una compensación económica adecuada.
Recientemente, la violencia y la violación de los derechos se han visto agravadas por los nuevos acuerdos políticos en el territorio que se han impuesto al pueblo de Papúa en contra de su voluntad. La marginación y discriminación sistémica del pueblo papú en su propia tierra se está acelerando e intensificando. Además, la creciente deforestación de las selvas tropicales de Papúa está acelerando la trayectoria mundial hacia la catástrofe climática. La protección de la selva tropical y de los ecosistemas marinos de Papúa —con la enorme biodiversidad que albergan— es una necesidad urgente.
La Asamblea:
Elogia las iniciativas y medidas emprendidas por el CMI para responder a esta situación desde la 10ª Asamblea del CMI en Busan, incluyendo especialmente la visita de la delegación ecuménica internacional a Papúa Occidental en febrero de 2019
Alienta el compromiso continuado e intensificado del CMI (incluida la defensa de los derechos humanos en los foros de las Naciones Unidas, y la consideración del establecimiento de un grupo de trabajo ecuménico sobre Papúa Occidental.
Insta a todas las iglesias miembros del CMI y a sus asociados a que aumenten su concienciación, acompañamiento y apoyo al pueblo y a las iglesias de Tanah Papua en el contexto de esta crisis prolongada y cada vez más grave.