El Comité Ejecutivo del Consejo Mundial de Iglesias, reunido por medio de videoconferencia del 17 al 20 de mayo de 2021, aplaude la cooperación y colaboración de la comunidad científica mundial que condujo a rápidos avances sin precedentes a la hora de comprender el SARS-CoV-2 y desarrollar diagnósticos fiables, modelos terapéuticos y vacunas altamente eficaces. Al mismo tiempo, reconocemos que todavía no se ha demostrado una cooperación mundial similar en la distribución de estos avances científicos a toda la humanidad, que sufre de manera desigual las cargas constantes de esta pandemia.

Exhortamos a todos los que tienen el poder de remediar la lamentable injusticia y desigualdad que la pandemia pone de manifiesto –gobiernos, organismos, dirigentes religiosos, juntas y directivos de empresas propietarias de patentes y materiales– a que ejerzan el liderazgo y actúen juntos con urgencia para garantizar una distribución amplia, rápida, equitativa y asequible de material terapéutico y vacunas en el mundo entero con el fin de superar este fracaso y subsanar este error.

Dado que el suministro de vacunas sigue siendo insuficiente para satisfacer la necesidad mundial, y que se ha concentrado en países capaces de pagar una prima para garantizar el acceso, apoyamos las peticiones de una suspensión temporal de las patentes pertinentes y de otros derechos de propiedad intelectual con el fin de eliminar un obstáculo clave para aumentar la fabricación y el suministro, sobre todo en países actualmente marginados y excluidos de un suministro adecuado de las vacunas necesarias. Además, exhortamos a todas las naciones con mayores suministros de vacunas a que compartan su abundancia, especialmente con países de ingresos más bajos, y que levanten las restricciones a la exportación de productos sanitarios vinculados a la COVID-19.

Apelamos asimismo al intercambio compasivo de tecnología y conocimientos técnicos que permita a los fabricantes de países duramente golpeados del hemisferio sur producir vacunas para sus poblaciones y otros. Instamos a que se dé más apoyo y contribuciones a la plataforma de Acceso Mancomunado a la Tecnología contra la COVID-19 (C-TAP) de la OMS como instrumento clave para este fin, y al Fondo de Acceso Global para Vacunas COVID-19 (COVAX, por sus siglas en inglés) para una distribución más equitativa de los suministros de vacunas disponibles.

Reconocemos que, aparte de las cuestiones del suministro y la distribución de las vacunas, otros factores han intensificado los impactos de la pandemia y aún se interponen en el camino hacia la salida de esta crisis. El primero de ellos ha sido la lamentable incapacidad de algunos dirigentes para actuar de acuerdo con la evidencia científica, lo que condujo a consecuencias devastadoras para la salud y la vida de su propio pueblo y a la mayor propagación del virus en el mundo. Estos fracasos han costado muchas vidas preciosas, y tendrán como resultado un sufrimiento más largo y profundo. Instamos a todos los dirigentes políticos a que tomen medidas en función de la salud y la seguridad de todos los que viven dentro de sus fronteras, y promuevan los remedios científicos y médicos que mitigarán la pandemia en sus países y contribuirán a acelerar el final de la crisis a escala mundial.

Reconocemos asimismo que las dudas sobre las vacunas, alimentadas por teorías de conspiración, la desinformación y teologías engañosas, son un obstáculo importante en muchas sociedades, incluso dentro de nuestras propias iglesias. Damos gracias a Dios por los dirigentes religiosos –incluidos los ‘defensores de la vacunación’ del CMI– que están dando ejemplo y animando a los miembros de sus congregaciones y comunidades a que consideren la vacunación no solo como una cuestión de autoprotección, sino también como un acto de cuidado y compasión por el ‘prójimo’, por el conjunto de la comunidad y por el futuro de nuestros jóvenes.

Dios de vida, oramos por quienes han fallecido, por quienes lloran sus muertes y por todos aquellos cuyas vidas, medios de subsistencia y perspectivas se han visto mermadas por la pandemia y sus efectos. Oramos por quienes anhelan esperanza, verdad y amor durante esta época de aislamiento e incertidumbre. Inspíranos con la sabiduría y compasión por los demás que nos permitirá a todos –dirigentes políticos, dirigentes religiosos y todas las personas de buena voluntad– encontrar juntos el camino para salir de debajo de la oscura nube de esta pandemia y llegar a tu futuro más brillante.