Texto:    Isaías 41: 17-20

Los pobres y los necesitados buscan agua,

    y no la hay;

    su lengua se reseca de sed.

Pero yo, el SEÑOR, les responderé;

    yo, el Dios de Israel, no los abandonaré.

Reflexión

En varios lugares del mundo, sabemos que los pobres que viven en las barriadas pagan mucho más por el agua que los ricos en sus edificios de gran altura. Por ejemplo, en varios países europeos, las facturas del agua están incluidas en el alquiler de la vivienda, mientras que, según los informes de la OACNUDH, en algunos países y regiones como Gaza, las familias gastan hasta un tercio o incluso la mitad de sus ingresos en la compra de agua para uso doméstico. A medida que los recursos se vuelven más escasos, no solo los ricos tienen mayor acceso a ellos, sino que también es cierto que a menudo estos recursos también están disponibles más baratos para ellos que para los pobres. Es cierto, todos estamos en el mismo océano, ¡pero no todos estamos en el mimo barco! Mientras que los pobres serán devastados por la crisis ambiental, los ricos están construyendo búnkeres en las regiones montañosas, acumulando recursos, incluida el agua, con la esperanza de salvarse del desastre ecológico extremo e irreversible que estamos a punto de enfrentar. Mientras que alrededor de un tercio de la población mundial no tiene acceso a agua potable administrada de manera segura y aproximadamente dos tercios carecen de instalaciones de saneamiento dignas y administradas de manera segura, varias corporaciones, incluidos los bancos, compran extensiones de agua en países donde el agua ya es un recurso escaso para lucrarse en el futuro.  El movimiento reciente del mercado de futuros en el agua, que invita a la especulación de las financieras que negocian con el agua como lo hacen con otras materias primas como el oro y el petróleo, sigue exponiendo la codicia de las grandes empresas. Este y varios otros intentos de acaparamiento de agua por parte de los ricos resulta perjudicial para el 6.º objetivo de desarrollo sostenible de las Naciones Unidas de «agua y saneamiento para todas las personas» para 2030. 

El texto de Isaías habla claro sobre el sufrimiento de los pobres en medio de la crisis ecológica y destaca sus gritos de sed. Sin embargo, habla de un Dios de vida que actúa en favor de los pobres para aliviar su miseria. El texto bíblico es una crítica a los sistemas económicos que no sirven a los intereses de los pobres y, en cambio, postula un Dios de vida que actúa en su nombre. Esto parece ser un estribillo en las dos últimas partes posteriores de Isaías (Déutero y Trito Isaías), de mirar hacia un Dios de vida que traerá justicia a los pobres y a los que sufren. 

La mayoría de las veces, los pobres son los más afectados por la crisis mundial del agua. Los ricos siempre tendrán sus medios en un mundo que está controlado por el dinero y no por la humanidad, los valores y los principios. Sin embargo, la crisis del agua afecta cada vez más incluso a los países ricos. Flint, Michigan o Detroit en EE. UU. han sentido los efectos de la crisis hídrica. Varias ciudades del mundo, incluidas Ciudad del Cabo, en Sudáfrica, o Chennai, en la India, casi han llegado al «día cero», de quedarse sin agua, en el pasado reciente. Sin embargo, en estas ciudades y países, son los pobres y marginados los que más sufren la crisis hídrica. Por eso la crisis del agua es una cuestión de justicia. 

Mientras reflexionamos sobre la cuestión de la justicia del agua en esta Cuaresma, les invitamos a mirar la situación a través del prisma de los pobres. Por lo tanto, nuestros intentos de abordar la crisis ecológica también deben abordar el sistema económico y la desigualdad. ¡La crisis ecológica es una cuestión de clase! La promesa de Dios se escucha en el libro de Isaías, de que Dios responderá a la búsqueda de justicia hídrica del pobre que tiene sed. Con ese fin, ¡trabajemos para llevar la justicia del agua ahora a las comunidades pobres y marginadas que nos rodean!

Preguntas:

  1. En su comunidad, ¿quién consume más agua? ¿Quién usa menos agua? ¿Cuáles son las relaciones de poder entre estas personas?
  2. ¿Por qué cree que el texto bíblico (Isaías 41:17-20) no dice nada sobre los ricos?

Acciones

  1. La directriz de la OMS habla de un requisito mínimo de 100 litros/día/persona de agua. Cuente la cantidad de agua que utiliza usted en un día.
  2. Investigue un poco sobre la cantidad de agua que usa una persona promedio que vive en un barrio pobre.

Recursos adicionales

https://policy-practice.oxfam.org/resources/water-week-sen-620669/

https://www.ohchr.org/EN/HRBodies/HRC/RegularSessions/Session48/Documents/A_HRC_48_43_AdvanceUneditedVersion.docx

https://www.ohchr.org/EN/NewsEvents/Pages/DisplayNews.aspx?NewsID=26595&LangID=E

*Rev. Philip Vinod Peacock es secretario ejecutivo de la Comunión Mundial de Iglesias Reformadas como parte de la «Secretaría General Colectiva», con sede en Hannover, Alemania. Es un ministro ordenado de la Iglesia del Norte de la India.

Image
Philip Peacock