Texto: Ezequiel 47: 9-11
Y sucederá que todo ser viviente que se desplace por dondequiera que pase el río, vivirá. Habrá muchísimos peces por haber entrado allá estas aguas, pues las aguas serán saneadas. Y todo aquello a donde llegue este río, vivirá. Y sucederá que junto a él habrá pescadores, y desde En-guedi hasta En-eglaim será un tendedero de redes. Sus peces, según sus especies, serán tan numerosos como los peces del mar Grande. Sus pantanos y lagunas no serán saneados, pues quedarán para salinas. Y junto al río, en la ribera, a uno y otro lado, crecerá toda clase de árboles frutales; sus hojas nunca caerán, ni faltará su fruto. A su tiempo madurará, porque sus aguas salen del santuario; y su fruto será para comer, y su hoja para medicina.
Reflexión
A lo largo de milenios, las tribus klamath y otras naciones indígenas del Pacífico Noroeste de Estados Unidos han mantenido una relación espiritual y cultural especial con los ríos y los océanos, y con los peces que nadan en ellos. Para todas ellas, los peces y el agua son sagrados porque proporcionan sustento a todas las formas de vida. Aunque muchas tribus han dependido tradicionalmente del C'iyaal's (salmón), las tribus klamath aprecian especialmente dos peces lacustres, el C'waam (matalote de Lost Lake) y el Koptu (matalote de hocico corto), que en su día fueron los pilares de la dieta de los klamath y de otros habitantes de la cuenca alta del río Klamath.
Por desgracia, en el último siglo, el lago de la cuenca alta del Klamath ha sufrido la contaminación de las explotaciones agrícolas y ganaderas, lo que ha provocado la proliferación de algas que consumen el oxígeno del lago y envenenan el agua. Además, el uso continuo de los ríos y arroyos para llenar el lago con el objetivo de obtener agua destinada al riego y para abrevar al ganado han provocado niveles de agua crónicamente bajos en el lago que impiden el acceso al hábitat de desove y cría de los peces. Estas prácticas industriales han socavado el antiguo hábitat preindustrial de estos peces únicos y tan valiosos, y ambos están en grave peligro de extinción.
Como custodias de la tierra y las aguas que habitan, las tribus klamath han luchado durante décadas para proteger a los C'waam, los Koptu y los C'iyaal, junto con las tribus yurok, hupa y karuk, que viven río abajo. Han negociado acuerdos con las comunidades de regantes para compartir el agua y con las compañías eléctricas para eliminar las presas hidroeléctricas antiguas que impiden al salmón migrar río arriba. Se han garantizado los derechos al agua más longevos con respecto al río, basados en el uso del agua por parte de estas tribus desde tiempos inmemoriales, así como en los derechos de pesca que se les otorgaron en el Tratado de 1864. Sin embargo, todos los peces siguen estando en grave peligro.
En la década de 1950, Estados Unidos le impuso una “política de terminación” a la tribu y se quedó con sus tierras. Durante una generación, la visión imperial, industrial e ideológica de una nación cristiana llevó al gobierno estadounidense a privar a las tribus klamath del reconocimiento federal como nación tribal soberana y, cuando Estados Unidos restableció el reconocimiento de las tribus más de tres décadas después, no les restituyeron, no obstante, sus tierras. De hecho, las tribus klamath siguen viviendo exiliadas de sus tierras ancestrales y se ven privadas de la pesca, la caza y la madera que durante mucho tiempo les han proporcionado el sustento.
Las tribus del Klamath continúan su lucha de justicia por la restauración de las corrientes para la migración del salmón en el río Klamath, para salvar a los C'waam y los Koptu y restaurar unos niveles de población saludables de estas especies. Anhelan que se les restituya la tierra que Dios les ha dado para que puedan vivir de manera independiente y ser libres. Mientras continúan con esta lucha, nutriéndose de la esperanza de que el gobierno estadounidense cumpla algún día las promesas que les ha hecho, mantienen también la esperanza de poder volver a habitar algún día sus tierras ancestrales.
Cuando Ezequiel prometió a los exiliados que Dios les permitiría volver a Jerusalén algún día para reconstruir su templo, visualizó aguas frescas fluyendo libremente, prácticas culturales y religiosas restauradas, y peces y árboles de todas las variedades. El pescado y la fruta para alimentarse, y las hojas para sanarse, serían su sustento.
Oramos para que el Dios de todas las naciones conceda la promesa de Ezequiel a las tribus del Klamath y a otras naciones indígenas del Pacífico Noroeste. Oramos por la determinación y la paz en sus corazones hasta que su petición de justicia sea escuchada y atendida, y nos solidarizamos con estas tribus soberanas que se han visto irremediablemente perjudicadas por el colonialismo cristiano, el imperialismo estadounidense y el capitalismo protestante. Oramos por que los ríos fluyan libremente de nuevo por sus tierras y vuelvan a dar sustento a los peces y a toda la vida que depende de ellos, así como por que los pueblos vuelvan a tener peces y frutos para comer, y hojas para sanarse.
Preguntas para el debate
- ¿Fomenta nuestra cultura el sentido de responsabilidad personal y colectiva para la administración de la creación que es común entre los pueblos indígenas? Si no es así, ¿cómo podemos generar ese sentido de la responsabilidad?
- Toda la creación está interconectada, y el daño causado a cualquiera de sus partes puede provocar un daño que tenga más alcance del que podamos imaginar. ¿Cómo podemos cultivar este sentido de interconexión infinita y del misterio de la creación?
Iniciativas:
- Investigue qué problemas medioambientales plantean los pueblos indígenas de su zona. Póngase en contacto con sus líderes para saber cómo usted y otros miembros de su congregación pueden ayudar.
- Si participa en una reunión en la que se hable de recursos ambientales o naturales, asegúrese de que se escuchan las voces de los pueblos indígenas (y otras comunidades marginadas). Trate de amplificar esas voces.
- Explore cómo puede promover la espiritualidad indígena a través de su iglesia.
Recursos
- Más información sobre las tribus del Klamath y sus esfuerzos para salvar sus peces: https://klamathtribes.org/
- “El papel de los pueblos indígenas” (serie de documentales “Tending the Wild”, sobre los conocimientos medioambientales de los pueblos indígenas de California, en inglés): https://youtu.be/TbxLv9EEzs8.
- Lucha para salvar el salmón del Pacífico Noroeste: https://earthjustice.org/advocacy-campaigns/save-wild-salmon
* Jesse Cruz Richards es el director de desarrollo y coordinación de políticas de la red para la salud del ecosistema fluvial Willamette River Network. Es un creador de redes vocacional que se preocupa profundamente por la tradición ecuménica histórica. Hijo de una madre refugiada y de un padre de una zona rural de Oregón, es el primero de su familia en ingresar en la universidad y completar los estudios de posgrado, tras obtener un título de artes liberales en la Universidad de Acadia y en la Universidad de Oxford, donde estudió historia, filosofía y teología.