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Karen Erina Puimera, WCC Youth commission moderator holding a microphone and speaking at the YPEM first in-person meeting in Manila
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Como moderadora, ¿qué es lo que más le inspira sobre el papel de los jóvenes en el movimiento ecuménico, y cómo espera influir personalmente en el camino hacia la justicia, la reconciliación y la unidad?

Puimera: Para mí, la importancia de la participación de los jóvenes en el movimiento ecuménico radica en la voluntad genuina de participar y de permanecer activos, y también de impulsar el cambio e interpelar a ello a la iglesia, con el objetivo de trabajar por la justicia, la reconciliación y la unidad de una forma que sea significativa. He visto cómo muchos jóvenes han tenido la valentía de mostrarse y de compartir su sentimiento con respecto a problemas que son extremadamente difíciles; temas delicados como la violencia de género, los derechos humanos, la injusticia social o la injusticia climática, y siento que asumen un riesgo al hacerlo. Veo su valentía para estar al lado de las personas vulnerables, su resistencia y su resiliencia: eso ilustra y demuestra el valor que tiene el papel de la juventud.

¿Cuáles cree que son algunos de los mayores desafíos a los que se enfrentan los jóvenes dentro del movimiento ecuménico, y cómo aborda la labor de la comisión estos desafíos tanto dentro del CMI como en contextos más amplios?

Puimera: Por lo que he escuchado hasta ahora, por lo que han compartido los miembros de la comisión, y por lo que observo en mi propio contexto, creo que el desafío al que se enfrentan los jóvenes en nuestros tiempos es que les resulta difícil hacer oír su voz, porque me parece que, en cierto sentido existe un sentimiento de frustración por el hecho de que a los jóvenes no se les escuche y no se les reconozca lo suficiente. Por otra parte, parece que la sociedad, y también la iglesia, quieren escuchar nuestras voces, pero no nos tienen en cuenta porque hay una tendencia a subestimar a la juventud por falta de experiencia. Por eso es importante esta comisión: porque no solo es un espacio de expresión de las voces de los jóvenes, sino que su propósito es actuar y caminar junto con ellos en los programas y los grupos de trabajo, y también defender sus voces y darles cabida en ellos.

¿Cómo cree que se podría fomentar la participación e inspirar a otros jóvenes que puedan sentirse desconectados o inseguros con respecto a su lugar en el movimiento ecuménico?

Puimera: Para empezar, siempre es bueno acordarnos de volver primero la vista hacia nuestra comunidad, hacia nuestros jóvenes —porque soy consciente de que las palabras por sí solas no bastan, necesitamos también acciones. Creo que lo que hicieron los jóvenes en la Asamblea del CMI hace tres años al mostrar su solidaridad ante el micrófono, y cómo transmitieron también el mensaje del Encuentro Ecuménico de la Juventud, fue una prueba de lo en serio que nos tomamos formar parte del movimiento ecuménico, y de que también queremos que el resto de la sala, la gente, otros jóvenes adultos y los demás nos tomen en serio. Para inspirar a otros a que se unan a nosotros para acompañarnos en nuestra peregrinación de la juventud, es necesario que sigamos participando y actuando.

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Karen Erina Puimera, WCC Youth commission moderator holding a piece of paper against the wall during working group discussions at the YPEM meetings
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¿Cómo piensa la Comisión de los Jóvenes amplificar las voces de los jóvenes en el movimiento ecuménico, especialmente con miras a influir en las conversaciones en torno a la justicia, la reconciliación y la unidad?

Puimera: Nuestros planes incluyen trabajar junto con el programa para la participación de los jóvenes, y también establecer conexiones con otras comisiones en relación con los temas relevantes para la juventud de hoy. Además, trabajaremos para garantizar que los miembros de nuestra comisión —que también forman parte de otra comisión como miembros de la juventud— contribuyan a los debates de sus comisiones, y creo que la representación de los jóvenes en los órganos consultivos, o incluso en el Comité Central, siempre pondrá sobre la mesa las cuestiones relacionadas con la experiencia de los jóvenes.

El año 2025 se celebra el 1700 aniversario del Primer Concilio de Nicea. ¿Qué papel cree que desempeñará el Año Ecuménico 2025 a la hora de profundizar en los temas de la unidad, la reconciliación y la justicia dentro de la labor de la Comisión de los Jóvenes, especialmente a través de la conexión de concilios pasados como el de Nicea con los desafíos ecuménicos actuales?

Puimera: Nos alegramos mucho de conmemorar el aniversario del primer Concilio Ecuménico de Nicea y, el año que viene, de celebrar el Año Ecuménico 2025. Esta celebración tendrá lugar en todas las confesiones y familias eclesiásticas. En el contexto específico de la juventud, creemos que el Credo de Nicea es el resultado de la unidad ecuménica, pero también creemos que debemos reflexionar sobre su importancia a día de hoy.

Conforme se acerca el Año Ecuménico 2025, ¿hay algún acontecimiento, proyecto o diálogo específico previsto que ponga de relieve el significado de Nicea para los jóvenes y los invite a explorar su impacto en el camino de la iglesia mundial hacia la unidad?

Puimera: Tenemos la intención de establecer grupos de trabajo, y también tenemos planes para establecer vicemoderadores. Estamos contentos e ilusionados ante las oportunidades de acción que nos brindará el Año Ecuménico 2025 para poner el énfasis en la unidad de las iglesias.

¿Cómo anima la comisión a los jóvenes a participar activamente en la Peregrinación de justicia, reconciliación y unidad del CMI, y qué papel prevé para los jóvenes como líderes y defensores en ese camino juntos?

Puimera: Es importante que nosotros, como jóvenes líderes y representantes de nuestras iglesias y comunidades, mantengamos siempre el sentido del compañerismo con los demás para que podamos actuar y caminar juntos en la Peregrinación de justicia, reconciliación y unidad. Nuestro camino implica solidarizarnos con otros jóvenes que atraviesan momentos difíciles debido a sus circunstancias.

De cara al futuro, ¿qué mensajes clave o conclusiones de esta primera reunión en persona le gustaría transmitir a los jóvenes líderes ecuménicos y a las iglesias miembros, especialmente en relación con el papel de la religión en la consecución de la justicia, la unidad y la reconciliación ?

Puimera: Todo esto apunta, realmente, a que nos mantengamos firmes, con raíces y troncos fuertes, y es necesario que estemos enraizados también en Cristo para que nuestras acciones y nuestros resultados no tengan solo que ver con hacer el bien, sino también con hacer algo útil y transformador no solo para los demás, sino también para nosotros mismos. Tenemos fe en Jesús y actuamos como lo hizo Cristo, incluso a pesar de nuestras limitaciones, y lo importante es cómo actuamos y caminamos juntos en esta peregrinación para abrazar nuestra diversidad como una fortaleza, reconocer las heridas con empatía, y también con solidaridad, y vernos transformados en nuestro proceso compartido.

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