En la oración de apertura en la Catedral Anglicana de Brasilia, la obispa Marinez Bassotto, primada de la Iglesia Episcopal Anglicana de Brasil, enfatizó el papel de la esperanza en la movilización de las comunidades de fe para combatir las causas y consecuencias de la crisis climática.
"Esta esperanza está viva, nos mantiene en movimiento y nos impulsa a actuar hoy. Esperar el mañana nos lleva a luchar ahora. Para quienes creen, la esperanza es un verbo: se convierte en acción", expresó. "Debe despertarnos una conciencia de la profunda interconexión de toda la creación, una interdependencia recíproca. Esto, a su vez, debe inspirarnos a adoptar una actitud de solidaridad y cuidado, una postura que nos revele como hijos de Dios".
Los participantes representan comunidades de fe de toda América Latina y el Caribe, incluidos Brasil, Colombia, Argentina, Perú, Panamá, Bolivia, Honduras, El Salvador y la República Dominicana. Entre ellos se encuentran iglesias católicas, anglicanas, luteranas, metodistas, menonitas, anabaptistas y reformadas, así como organizaciones religiosas nacionales y regionales y redes indígenas.
Además de intercambiar preocupaciones y mejores prácticas a través de paneles de discusión, el grupo ha estado trabajando en un “Llamado a la Acción” que será presentado a la presidencia de la COP30.
Con la próxima cumbre climática mundial programada para realizarse en la región amazónica, el impacto de la emergencia climática sobre los pueblos indígenas es un punto central de las discusiones en Brasilia.
"Reconocemos especialmente el papel de los pueblos indígenas, quienes han vivido en la Amazonía durante milenios, cuidando el ecosistema y transmitiendo conocimientos de generación en generación para preservar su hogar", afirmó Jocabed Solano, de Panamá, directora de Memoria Indígena.
"La iglesia, en su compromiso con la justicia ambiental y social, debe apoyar firmemente a estas comunidades en su lucha por defender sus territorios y reconocer su invaluable contribución al planeta", agregó Solano, quien también forma parte de la Comisión del Consejo Mundial de Iglesias sobre Justicia Climática y Sostenibilidad.
El obispo católico Jerry Ruiz, de Honduras, reflexionó sobre el significado de trabajar ecuménicamente hacia la COP30.
"Independientemente de nuestras creencias religiosas, creo que lo que nos une es el mismo espíritu. Nos une el clamor de la tierra, el clamor de los pobres, la necesidad de justicia, las comunidades criminalizadas, desplazadas y asesinadas", expresó. "Y esto debe ayudarnos a superar nuestras diferencias, porque es el Reino de Dios lo que nos une en el mismo propósito y el mismo objetivo", añadió Ruiz.
Este evento es organizado por el Consejo Mundial de Iglesias, ACT Alliance, Christian Aid, Anglican Alliance, la Oficina de la Comunión Anglicana ante la ONU, la Federación Luterana Mundial, Caritas Internationalis, la Conferencia Nacional de Obispos de Brasil y la Conferencia de Obispos de América Latina.