El Consejo ha obtenido la primera posición entre las organizaciones no gubernamentales de la Ginebra internacional, al ser reconocida en la ceremonia del 1 de febrero por su innovadora y eficaz actividad de divulgación e interacción en los medios sociales.
Geneva Engage examina la huella mundial de Ginebra analizando la actividad en los medios sociales de las organizaciones con sede en Ginebra, así como la relevancia de sus páginas web y de sus reuniones en línea.
En última instancia, Geneva Engage examina los vínculos entre la Ginebra internacional y las comunidades de todo el mundo que se ven afectadas por las políticas debatidas y negociadas en Ginebra en ámbitos tales como el desarrollo, los derechos humanos y las cuestiones digitales.
El moderador del CMI, el obispo Dr. Heinrich Bedford-Strohm, expresó su gran alegría por el premio. “La comunicación es crucial para que nuestra red mundial de iglesias sea una fuente de paz y reconciliación en un mundo frágil y dividido”, afirmó. “En calidad de iglesias, estamos profundamente arraigados en comunidades locales repartidas por todo el mundo que, a pesar de las diferencias, comparten el ideal universal de un mundo en el que todos los seres humanos puedan vivir con dignidad, respetándose mutuamente y respetando la naturaleza”.
Bedford-Strohm señaló que para promover ese ideal en el discurso de la sociedad civil mundial y en las consultas políticas es imprescindible contar con una comunicación de calidad. "El premio de Geneva Engage supone un magnífico reconocimiento y un estímulo para proseguir estos esfuerzos”, afirma. “Estoy orgulloso de nuestro equipo de comunicación por haber ganado este premio, que veo como un importante estímulo para la implicación del CMI en un mundo que tanto necesita renovación espiritual y moral”.
El secretario general del CMI, el Rev. Prof. Dr. Jerry Pillay, dijo estar muy agradecido por el galardón, por los miembros del personal del CMI y por el interés y la inspiración del público mundial.
“Al tener su sede en Ginebra, el CMI tiene la suerte de contar con muchísimos organismos mundiales que se ocupan de cuestiones importantes a nivel mundial”, afirmó. “En calidad de secretario general del CMI, creo que debemos estar aún más conectados con esas organizaciones no gubernamentales”.
Nos enfrentamos ahora a algunos graves desafíos: la guerra entre Ucrania y Rusia, las crecientes amenazas nucleares, el cambio climático, la pobreza, la violencia de género, el VIH y el SIDA, y la pandemia de la COVID-19, añadió Pillay. “Todo ello exige que los cristianos se unan y trabajen juntos, pero no solo los cristianos, también las personas de otras confesiones y las que no profesan fe alguna. En consecuencia, una comunicación adecuada y de calidad es vital para colaborar y cooperar a fin de impulsar las intervenciones y transformar el mundo”.
Y añadió: “Me complace que se reconozca y se valore el trabajo de nuestro equipo de comunicación”.
Un rostro mundial
El rostro del CMI se ha ido mostrando cada vez a más personas en todo el mundo.
Desde un sitio web visitado más de dos millones de veces en 2022, hasta más de 92 000 seguidores y fans en los medios sociales, las imágenes y las historias del CMI han recorrido el mundo por muchas vías.
La página web del CMI registró un aumento de las visitas del 7% en 2022, con respecto a 2021. El mes con mayor afluencia fue septiembre —durante la 11ª Asamblea del CMI—, con 257 000 visitas, el doble de la media de visitas mensuales durante el resto de 2022.
En 2022, las redes sociales del CMI —Facebook, Instagram y Twitter— atrajeron a más de 92 000 seguidores, incluidos 5.808 nuevos fans. El CMI publicó más de 2.000 mensajes en las redes sociales en los tres canales mencionados, que llegaron a más de 2 millones de personas y aparecieron 3,5 millones de veces en las cronologías de distintos usuarios.
En su estrategia de comunicación, el CMI se ve a sí mismo como un catalizador del cambio hacia un mundo donde la unidad, la justicia y la paz son el eje central, afirmó la directora de comunicación del CMI, Marianne Ejdersten.
Ejdersten añadió que los comunicadores del CMI también se esfuerzan por ser inclusivos; el núcleo de su trabajo implica participación y, sobre todo, esperanza. “Nuestra misión consiste en alumbrar la esperanza de un mundo mejor donde prevalezca la dignidad humana”, dijo la directora de comunicación. “La dignidad y la igualdad humanas deben permear todas las comunicaciones”.
“Gracias a las sólidas interacciones de la comunidad del CMI nuestra voz común resuena con claridad en los medios sociales”, afirmó Ejdersten. “¡Que sigamos siendo mensajeros de esperanza, unidad y justicia!”
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