“Según algunos informes, los seis rehenes fueron disparados varias veces a corta distancia en las horas o días precedentes, lo cual indicaría que fueron ejecutados por sus captores”, dijo Pillay. “Condenamos esta brutalidad e instamos a que todos los rehenes que quedan sean liberados inmediata e incondicionalmente, y devueltos sanos y salvos a sus familias y seres queridos”.
Pillay también expresó dolor por todas las vidas perdidas —israelíes y palestinas— en la guerra actual. “Pedimos un alto el fuego inmediato que ponga fin a la violencia, el derramamiento de sangre y la destrucción de comunidades para que ninguna familia más tenga que llorar la pérdida de sus seres queridos”, afirmó. “Instamos a todas las partes a recordar su humanidad y su responsabilidad ante los principios más fundamentales del derecho y la moral, y ante Dios”.
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