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Algunos de ellos cosieron retazos para la Cascada de solidaridad y resistencia que fue expuesta por primera vez en la 11ª Asamblea del Consejo Mundial de Iglesias, en 2022.
En abril, un año y medio después de la asamblea, los estudiantes se reunieron con la artista brasileña Janine Marja Schneider, quien cosió el tapiz en el que se basa el libro. El tapiz mide más de seis metros de ancho y cinco de largo, y cuenta con más de ciento ochenta retazos hechos a mano por personas de todo el mundo en los que transmiten su dolor personal y su esperanza de superar la violencia sexual y de género.
Al recibir los ejemplares del libro, la Rev. Dr. Marli Brun y la señora Sabrina Senger, coordinadoras del programa de género y religión en Faculdades EST, recordaron cuán conmovedor fue ver a los estudiantes trabajar en el tapiz, verlos unirse con mujeres de distintas partes del mundo que también estaban cosiendo retazos.
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Fotografía:
Daylíns Rufín Pardo
“Recibir el libro con las fotografías y los relatos materializa esta unión, expresada en el proceso de coser las piezas que componen la Cascada”, dijeron Brun y Senger. “En Brasil y América Latina mantenemos nuestro compromiso de acabar con la violencia de género”.
Y la “línea del tiempo de la Cascada” sigue fluyendo. En agosto de 2025, el programa acogerá el 9º Congreso Latinoamericano sobre Género y Religión, donde el libro —y posiblemente el tapiz— serán expuestos ante un público aún más amplio. “Estamos muy agradecidos al Consejo Mundial de Iglesias y a la artista Janine por darnos la oportunidad de participar en este proyecto”, afirmaron.
Roseli Krohn, estudiante de teología, reflexionó sobre el efecto a la vez doloroso y satisfactorio que produce ver las imágenes del libro y leer las historias profundamente personales que contiene. “El mundo tiene que ver que este dolor es real y que produce mucho sufrimiento”, dijo. “Nuestros retazos trataron de decir lo que las marcas en los cuerpos no parecían capaces de transmitir”.
Juliana Kupske Itermann, también estudiante de teología, afirmó que la Cascada de solidaridad demostraba que la movilización para poner fin a la violencia contra las mujeres es un movimiento mundial. “Haber contribuido a su creación me enorgullece y simboliza mi compromiso con este importantísimo movimiento”, declaró. “Que haya obras de arte de brasileñas en este libro demuestra nuestra diversidad y nuestra consciencia cultural a la hora de organizar la lucha contra la violencia contra las mujeres”.
Cascada de solidaridad y resistencia: compartir lo vivido (en inglés)
