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a Brazilian poor man carries a bag of food

Un hombre recibe comida en un punto de distribución de alimentos en Porto Alegre, al sur de Brasil. El país está paralizado por la emergencia sanitaria y social. 

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Del auge del fundamentalismo a la ruptura del Estado del bienestar, del aumento de la violencia social a la destrucción de los bosques, Brasil se ha enfrentado a muchas crisis incluso antes de la catastrófica segunda ola de la pandemia del coronavirus en el país.

La Rev. Romi Bencke, secretaria general del Consejo Nacional de Iglesias Cristianas del Brasil, dijo que la situación actual en el país representa dos posibles riesgos para la humanidad. “El primero es la destrucción de nuestra biodiversidad que se produce a través de los monocultivos, el uso intensivo de sustancias tóxicas, la minería y la tala de bosques”, dijo Bencke. “Las consecuencias de la destrucción medioambiental no afectan solo a Brasil, sino al planeta en su conjunto, porque lo que llamamos vida es un sistema interdependiente”.

Otro riesgo es la actual pandemia de la COVID-19 y las nuevas variantes del virus, dijo Bencke. “Si no tomamos en serio las advertencias de la comunidad científica sobre las consecuencias de no contener la proliferación del nuevo coronavirus, nos convertiremos en un peligro potencial para otros países, sobre todo para los países que rodean Brasil”.

El arzobispo Dr. Olav Fykse Tveit, obispo presidente de la Iglesia de Noruega y ex secretario general del CMI, dijo que el citado sufrimiento de las poblaciones brasileñas durante la pandemia, y en particular de los más vulnerables de Brasil, constituye una gran preocupación para el mundo.

“Tanto el desafío médico de la transmisión descontrolada como las diferentes mutaciones del virus son amenazas para el pueblo brasileño, pero también potencialmente para la comunidad mundial”, dijo Tveit. “Se debe dar una respuesta mundial justa a la necesidad de un acceso equitativo a las vacunas y las patentes para producir vacunas”.

Peter Prove, director de la Comisión de las Iglesias para Asuntos Internacionales del Consejo Mundial de Iglesias, expresó su preocupación por que las tasas de infección por la COVID-19 y de mortalidad han seguido aumentando en Brasil, provocando un sufrimiento terrible a muchas familias y comunidades.

Los altísimos niveles de desigualdad que ya existían en Brasil habían “intensificado la vulnerabilidad de las comunidades pobres y marginadas”, y la “pobreza y (la falta de) acceso a la atención médica han sido factores importantes a lo largo de la pandemia”, dijo Prove.

Prove y otros oradores hicieron asimismo referencia al mayor riesgo de nuevas zoonosis como resultado de acelerar la deforestación y la destrucción de los hábitats de la flora y fauna silvestres en Brasil y otros lugares. “Además de estar a la cabeza de la crisis de la pandemia actual, Brasil también lidera la crisis de la deforestación, que tiene repercusiones potencialmente importantes para futuros riesgos pandémicos”.

Lean la ponencia completa del director de la Comisión de las Iglesias para Asuntos Internacionales del CMI en el seminario (en inglés)