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Sr Susan Francois

Hermana Susan Francois, perteneciente a las Hermanas de San José de la Paz, monjas católicas ubicadas en Englewood Cliffs, Nueva Jersey (EE.UU.).

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El gigante de los préstamos a menudo se ha desentendido de las peticiones de las hermanas. No obstante, el 7 de marzo, la Comisión del Mercado de Valores de EE.UU. (SEC) falló a su favor, despejando el camino para que la resolución de accionistas de las hermanas sobre los derechos indígenas se presente en la reunión anual de Citigroup el 29 de abril.

La hermana Susan Francois, de las Hermanas de San José de la Paz, dijo que no había duda de que Citigroup ha tratado de impedir que sus inversores dieran su opinión. “Después de que presentáramos la propuesta, recibimos una carta de no acción de Citigroup, alegando que ya habían aplicado sustancialmente los términos de nuestra petición”, explicó. “Si bien es cierto que el año pasado publicaron un informe en el que afirmaban abordar los derechos de los pueblos indígenas ¾sin ningún mensaje ni aporte por nuestra parte¾, el documento se limitaba a reiterar sus acciones sin ninguna evaluación de su efectividad”.

Francois añadió que el documento tampoco evaluaba la efectividad estas acciones en el cumplimiento de los estándares internacionales. “Los líderes indígenas, que tampoco fueron consultados, expresaron su decepción cuando se publicó el informe”, afirmó. “De hecho, el informe pone de relieve la inacción del banco frente a los riesgos para los derechos indígenas: el banco no les ha negado financiamiento ni servicios a ninguna de las 16 empresas que se identifican como de riesgo”.

De los 37 proyectos que el banco consideró que suponían un riesgo para los derechos indígenas, Citigroup solo le ha denegado el financiamiento a siete.

“Por eso, consideramos necesario presentar nuestra propuesta este año por cuarta vez”, dijo Francois. “Hemos recurrido la carta de no acción ante la SEC”.

La SEC rechazó el intento de Citigroup de impedir que los inversores dieran su opinión, declarando: “Basándonos en la información que han presentado, parece que las divulgaciones públicas de la empresa no aplican sustancialmente la propuesta.”

Esto significa, según Francois, que la SEC ha respaldado a los accionistas y ha permitido que siga adelante la votación sobre la resolución de las hermanas, cuyo objetivo es evaluar la eficacia del banco a la hora de mitigar el riesgo para los inversores en lo que respecta a los impactos sobre los pueblos indígenas y sus tierras.

“Citigroup ha intentado patentemente silenciar a los accionistas, pero es importante que los inversores puedan opinar y expresar sus puntos de vista sobre esta importante cuestión”, afirmó Francois.

Décadas de trabajo

Las Hermanas de San José de la Paz iniciaron esta labor hace casi 50 años. “En 1976, presentamos una resolución a Colgate-Palmolive para cuestionar la imagen estereotipada de la mujer en sus anuncios”, explicó. “Colaboramos con otras congregaciones religiosas a través de nuestros asociados-Investor Advocates for Social Justice y Northwest Coalition for Responsible Investment”.

Seguidamente, los inversores utilizamos nuestras acciones para defender prácticas empresariales que fomenten la justicia económica, la justicia racial y los derechos humanos a través de resoluciones corporativas, votaciones por delegación y diálogos con empresas como Citigroup, Ford, Microsoft, PNC Bank y Tyson.

“Nuestra fe nos enseña que debemos utilizar nuestras bendiciones y recursos para promover el bien común”, afirmó. “Nuestro cuidado del pueblo de Dios y de la Tierra, nuestro hogar común, no se limita a la oración, sino que también debe testimoniarse a través de la acción”.

En el contexto de este caso y otros similares, Francois cree que la oración lleva a la acción, y la acción, a su vez, a la oración. “Tratamos de promover la justicia social como camino hacia la paz, utilizando no solo nuestros derechos y responsabilidades como ciudadanos de los dos países en los que estamos presentes a través de la defensa política, sino también como inversores a través de la defensa de los accionistas”, afirmó. “En este momento moral que estamos viviendo en nuestro mundo, nuestra familia ecuménica es más necesaria que nunca para defender los valores del Evangelio no solo con palabras, sino también con la oración y la acción”.

Lo que pueden hacer las personas religiosas

Francois cree que, como personas religiosas, estamos llamadas a solidarizarnos con las personas más afectadas por las políticas y prácticas que perjudican a las personas y a la Tierra. “Los líderes religiosos están sobre el terreno, solidarizándose con el pueblo de Dios”, afirmó. “Escuchamos sus historias: las de dolor y tristeza, y las de alegría y esperanza”.

Instó a todas las personas de buena voluntad a seguir dando visibilidad a estas historias y trabajando por el bien común. “Y, por supuesto, agradecemos el apoyo en la oración de nuestra comunidad ecuménica de fe para que nuestros esfuerzos den fruto”, dijo. “Juntos, reivindicando la justicia, intentamos alcanzar el don de Dios de la paz”.

 

Se invita a las iglesias y asociados que deseen unirse al proyecto del Consejo Mundial de Iglesias sobre litigios climáticos a enviar una nota a [email protected].

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