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La consulta se celebró del 27 al 29 de agosto en Pocheon-si (Corea del Sur), organizada por la Nueva Arquitectura Financiera y Económica Internacional, una iniciativa conjunta del Consejo Mundial de Iglesias, la Comunión Mundial de Iglesias Reformadas, la Federación Luterana Mundial, el Consejo Metodista Mundial, el Consejo para la Misión y los Socios de la Sociedad Unida en el Evangelio.
"Las Escrituras proclaman que la humanidad fue creada a imagen y semejanza de Dios. Esta dignidad es irreductible. No pueden reemplazarla los datos ni mercantilizarla los algoritmos, ni puede hacerla desechable la automatización", indica el comunicado. "Siempre que la IA reduce a las personas a la condición de consumidores, trabajadores por encargo o datos brutos, viola la imago Dei y niega el carácter sagrado de la vida".
El documento teológico advierte que las tecnologías de la IA –que surgen dentro del marco lucrativo del capitalismo mundial– están creando lo que los dirigentes religiosos llaman un "imperio digital" que perpetúa los modelos coloniales de explotación. Mientras la IA se expande rápidamente por el mundo, los países industrializados y las empresas multinacionales se apresuran a dominar este campo, ampliando la brecha entre quienes se benefician de la IA y quienes son explotados por ella.
Los dirigentes religiosos hicieron hincapié en que el desafío de la IA "no es sólo económico o tecnológico, también es espiritual y teológico". Aunque reconoce que la tecnología puede mejorar las condiciones de vida gracias a los avances médicos y la educación, el comunicado advierte que las tendencias actuales amenazan con eliminar decenas de millones de puestos de trabajo mientras crean empleos precarios con salarios bajos y sin los derechos laborales básicos.
Los participantes de la consulta destacaron los costos medioambientales del desarrollo de la IA. "A pesar de su apariencia digital, la Industria 4.0 es sumamente material", señala el comunicado. El hardware de la IA requiere minerales extraídos por medio de prácticas destructivas que contaminan los ecosistemas y ponen en peligro a los trabajadores, sobre todo a los niños trabajadores. Los centros de datos consumen enormes cantidades de electricidad y agua, con frecuencia en regiones donde las comunidades carecen de acceso a agua limpia o a un suministro estable de electricidad.
Los participantes de la consulta pidieron que se adoptaran medidas en múltiples frentes. Las iglesias deberían crear plataformas mundiales que examinen las repercusiones de la tecnología digital, defender la integridad ecológica contra el extractivismo de la IA, y elaborar material didáctico sobre la ética de la IA. Los gobiernos deben promover una gobernanza ética de la IA basada en la transparencia y la rendición de cuentas, garantizar la soberanía sobre los datos y el acceso equitativo a las herramientas digitales, y proteger a los trabajadores desplazados por la automatización.
La industria tecnológica recibe recomendaciones específicas: desarrollar la IA para el bien común, incluir a voces marginadas en los procesos de diseño, y ofrecer tecnologías al Sur global a un bajo costo para reducir las diferencias de riqueza entre los países.
"La cuestión no es si la tecnología tiene cabida en el mundo de Dios, sino cómo transformar lo que se está utilizando para la lógica mortífera del imperio en algo al servicio de la vida abundante", recoge el comunicado.
La Nueva Arquitectura Financiera y Económica Internacional imagina una "Economía de vida para todos", y esta respuesta representa el principal examen basado en la fe de la inteligencia artificial y la desigualdad económica.
Lean aquí el texto íntegro del comunicado teológico y del plan de acción (en inglés)
