En vista de la actual crisis de los refugiados, se está alentando a las iglesias europeas a que intensifiquen sus labores de acogida, apoyo y protección de los refugiados que están llegando a la región. Ese llamamiento se hizo a través de una carta emitida conjuntamente por el Consejo Mundial de Iglesias (CMI), la Conferencia de Iglesias Europeas (CIE) y la Comisión de las Iglesias para los Migrantes en Europa (CIME).
“En este momento crítico la cooperación ecuménica en la respuesta es de especial importancia para aumentar el efecto colectivo de nuestras múltiples actividades, alentar a los demás y prestar un testimonio común de compasión, justicia y paz”, dice la carta, que fue publicada por las organizaciones ecuménicas el 10 de septiembre de 2015.
La misiva destaca que más de 300 mil refugiados han cruzado el mar Mediterráneo en agosto de este año, de los que más de 100 mil han llegado a Italia. Muchos de ellos han sido rescatados por buques de las armadas de Italia y de otros países europeos. Otras 200 mil personas –o más– han llegado a Europa a través de las islas griegas, según los informes de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).
“Abogamos por un sistema común europeo de asilo que incluya condiciones de acogida decentes y un programa de reasentamiento común europeo cuyos procesos den prioridad al ser humano y a su dignidad”, puede leerse en la carta. “Instamos a los gobiernos europeos a asumir la responsabilidad, especialmente en el caso de los menores de edad, el grupo más vulnerable, que a menudo se ve privado de estabilidad básica, de una vida familiar plena y de una educación”.
En un comunicado la CIE ha pedido a las iglesias europeas que “cooperen para cambiar las políticas de migración disuasorias de la Unión Europea (UE) y de los Estados asociados por políticas que den prioridad al ser humano”.
La declaración de la CIE también anima a las iglesias a “dirigirse a los gobiernos nacionales y a las autoridades responsables en los Estados miembros de la UE para apoyar este tipo de políticas de migración centradas en el ser humano” en consonancia con el espíritu de ‘hospitalidad hacia los extranjeros’.
En una declaración emitida en junio, el Comité Ejecutivo del CMI pidió a las “iglesias miembros del CMI y a los asociados ecuménicos, junto con todas las personas de buena voluntad, que alimentaran una actitud más abierta y acogedora hacia el 'extraño' y hacia el prójimo en situación de necesidad y peligro, y que ayudaran a acoger y atender a los refugiados y a los migrantes respetando plenamente la dignidad humana que Dios les ha dado”.
La asamblea de la CIME en 2014 también pidió “un cambio de actitud ante la migración, de conformidad con los valores europeos. Eso también implica un enfoque verdaderamente humano de la protección de los refugiados, en cumplimiento de las convenciones europeas e internacionales en la materia. Y también incluye el acceso legal y seguro a Europa de quienes necesitan protección”.
La carta destaca buenos ejemplos de iniciativas llevadas a cabo por iglesias en el marco del extenso movimiento de solidaridad con los refugiados que ha surgido en Grecia, Hungría, Alemania, Reino Unido, Suecia, Italia, la República Checa y los Países Bajos. Entre esas iniciativas estaba una respuesta de la Alianza ACT, que a través de sus miembros en Grecia, Hungría y Serbia ha comenzado a prestar asistencia humanitaria en esta compleja situación.
Más información: Conferencia de Iglesias Europeas
Más información: Comisión de las Iglesias para los Migrantes en Europa