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Collage of two images, to the left a nurse examining a young child in a field environment, to the right a portrait photo of a woman.

“Nuestra fe nos dice que, tras una noche oscura, siempre vendrá un mañana resplandeciente”, afirma la Dra. Suhaila Tarazi, directora del Hospital Árabe al-Ahli (Ahli) de la ciudad de Gaza, en sus reflexiones sobre los servicios de salud que se siguen prestando a la población de Gaza en medio de la guerra. Fotografía de archivo: Imagen de una enfermera trabajando sobre el terreno en Gaza. Cortesía del Departamento de Servicio a los Refugiados de Palestina (DSPR) - Consejo de Iglesias de Oriente Medio (MECC)

Fotografía:

El Hospital Árabe al-Ahli, gestionado por cristianos, es el único hospital que queda en Gaza. Ahora recibe a unos 20 000 pacientes al mes en lo que queda del edificio del hospital, así como en puestos de atención de salud instalados en edificios cercanos.

“Hoy en día, debido a la escalada de la violencia y al gran número de víctimas, nos hemos convertido en el principal hospital que proporciona servicios de atención por traumatismos”, afirma Tarazi.

El 13 de abril ¾domingo de Ramos¾, a las 1:30 de la madrugada (hora local), el equipo del hospital recibió un aviso de evacuación, 20 minutos antes de un bombardeo. Se produjeron daños importantes en un laboratorio, en la unidad de urgencias, en la farmacia y en el ambulatorio.

“Tuvimos que evacuar a los pacientes y, por desgracia, uno de los niños enfermos, que tenía una lesión cerebral, falleció porque estaba con oxígeno, pero hubo que trasladarlo”, dijo Tarazi. ”Las repercusiones que ha tenido esto nos han afectado mucho”.

Tarazi especificó que, además, no era la primera vez que pasaba algo así.

Misión sagrada

“La misión del hospital es ayudar a todas las personas, sin importar su religión, género o afiliación política. Nuestro objetivo es salvar vidas”, dijo.

Incluso en el contexto de los daños provocados por los últimos bombardeos, el personal del hospital está comprometido con su trabajo, y siguen funcionando la unidad de cuidados intensivos, las camas de hospitalización y los quirófanos.

“En el hospital, todos nos hemos visto afectados por la falta de medicamentos, material médico, instrumental y alimentos porque, incluso antes de que ocurriera esto, ya teníamos una importante escasez de suministros debido al bloqueo de la ayuda”, dijo Tarazi.

Sin embargo, ella y su personal mantienen la esperanza. ”Esperamos que pronto se firme un acuerdo que permita la entrada de suministros médicos y alimentos a Gaza, y que podamos tener acceso a ellos”, afirmó. ”Mi personal está trabajando en una situación verdaderamente aterradora, porque nadie sabe lo que ocurrirá en los próximos minutos”.

Somos uno en Jesús

En estos momentos en los que el hospital cuenta con 110  miembros del personal, incluyendo a las personas voluntarias, Tarazi afirma que la situación es completamente distinta a todo lo que había visto antes, y ha sido testigo de muchos conflictos.

“La gente busca refugio y un lugar seguro donde estar, pero ya no quedan lugares seguros en Gaza”, afirmó. ”El último bombardeo es un ejemplo de ello”.

“Incluso las iglesias son objeto de bombardeos”, añadió. ”No hay forma de comparar lo que ocurre hoy en Gaza con ninguna otra guerra”.

Nacida en Gaza y de familia griega ortodoxa, Tarazi sigue creyendo firmemente que todos somos uno en Jesucristo.

“Antes, mi hospital era un oasis de amor y verdes jardines”, dijo. ”Lamento decir que se ha convertido en un cementerio”.

Simplemente, pide el fin de la guerra. ”Por el bien de los palestinos, por el bien de nuestros hermanos y hermanas de Israel”, dijo. ”Al fin y al cabo, somos hijos de Dios, ya seamos judíos, cristianos o musulmanes, y lo más importante es que todos vivamos en paz y con dignidad”.

Durante esta Semana Santa, constata que la cruz que lleva Gaza es una cruz muy pesada. ”A pesar de eso, estamos llenos de esperanza de que, en Jesús, encontraremos un camino o un milagro que acabará con este sufrimiento”, dijo. “Nuestra visión para Gaza es seguir danto un buen testimonio de nuestra presencia cristiana y seguir sanando las heridas, secando todas las lágrimas y devolviendo las sonrisas a los niños”.

Reiteró que vendrá un nuevo mañana. ”Y esto es lo que nos dice nuestra fe cristiana: ‘después de una noche oscura, vendrá un mañana resplandeciente’”, dijo Tarazi. ”Podemos continuar nuestra misión de sanación, de reconciliación y de paz”.

Tarazi pide a todas las personas que oren por la paz. ”Oren por la paz en Gaza y en el mundo entero, y oren también por quienes han perdido a sus seres queridos en ambos bandos”, dijo. ”Además, oren para que Dios nos dé el valor de seguir llevando a cabo esta misión en Gaza”.

Departamento de Servicio a los Refugiados Palestinos del Consejo de Iglesias de Oriente Medio (en inglés)