Entrevista
¿Qué aspectos de la violencia de género le preocupan más?
Muyunga: Estoy muy preocupado por los casos de violación y ultraje en nuestras comunidades y países que afectan gravemente a nuestras poblaciones. Esto se hace patente en el aumento de embarazos precoces y en la paternidad y maternidad en la adolescencia. Me consternan los casos de feminicidio en todo el mundo, así como el uso de la violación como arma de guerra en lugares donde la gente se enfrenta a conflictos.
¿Cómo los Jueves de negro pueden ser parte de la solución?
Muyunga: Los Jueves de negro nos ofrecen una puerta de entrada para que podamos entablar, mantener y sustentar conversaciones sobre la violencia sexual y de género incluso en contextos donde estas conversaciones resultan difíciles.
Es una manera de expresar solidaridad con las víctimas y supervivientes de la violencia sexual y de género, de hacerles saber que reconocemos su dolor y sus dificultades, de hacerles comprender que estamos juntos en nuestro empeño por lograr un mundo sin violaciones ni violencia, y que lo hacemos con ellos, apoyándonos mutuamente.
Los Jueves de negro también brindan de la oportunidad de expresar nuestra determinación a la hora de construir las comunidades justas y pacíficas que todos nosotros deseamos, las comunidades en las que queremos vivir y que queremos dejar a las generaciones venideras.
¿Qué se necesita para superar la violencia de género?
Muyunga: No solo debemos identificar y cuestionar, sino también transformar todas las enseñanzas, valores, normas y prácticas culturales y religiosas que promueven los estereotipos y las ideologías de género que siguen manteniendo y propagando las desigualdades por motivo de género. También debemos identificar, adoptar y promover actitudes de género que afirman la vida y protegen la dignidad de cada ser humano, independientemente de su género.
¿Algún comentario final?
Muyunga: Como embajador de los Jueves de negro, creo que puedo inspirar a los jóvenes dentro de mi esfera de influencia a aprender a vivir de otra manera, a aprender a adoptar masculinidades y feminidades transformadoras, maneras de ser hombre y mujer basadas en los principios del amor, el respeto mutuo, la equidad y la igualdad de género, y a no dar cabida a la violencia. Creo que puedo desempeñar un papel clave a la hora de concienciar sobre las medidas prácticas que nuestras iglesias están adoptando para garantizar su contribución a la creación de sociedades y un mundo libre de violaciones y de toda forma de violencia. Quiero expresar mi agradecimiento e invitarles a unirse a mí para crear una sociedad justa en la que hombres y mujeres se sientan seguros, protegidos y respetados.
